Biografía
Jean Dufy nació en Le Havre, séptimo hijo de una familia de once, de un padre contable en una empresa metalúrgica, músico aficionado con talento. Quedan pocos testimonios pictóricos de su juventud en Le Havre, de su oficio de empleado en una casa de importación de productos de ultramar, luego de secretario en el transatlántico «La Savoie» que vincula Le Havre a Nueva York.
Fue sin embargo en aquella época cuando se constituyó la sensibilidad artística del pintor, mediante sus paseos por el puerto de Le Havre, sus lecturas de Baudelaire, Mallarmé y Rimbaud, y mediante la exposición de 1906 en Le Havre donde descubrió a Matisse, Derain, Marquet y Picasso ; experiencia decisiva, la Fenêtre ouverte à Collioure de Matisse, con sus luces resplandecientes, sus colores violentos y ruidosos fue, para Jean Dufy, la revelación del trayecto que habría de seguir.
Después del servicio militar (1910-1912), se instaló en Paris donde conoció a Derain, Braque, Picasso y Apollinaire. En sus primeras acuarelas, expuestas en la galería Berthe Weill en 1914, las tonalidades sordas, los pardos, los azules, los rojos oscuros, se compaginan con la técnica de las rayas heredada de Cézanne a través de la obra de su hermano Raoul. Tras esta primera exposición, la guerra no impidió a Jean seguir pintando o dibujando algunos motivos, principalmente flores, caballos y los paisajes que descubrió, como el Val-d’Ajol en los Vosges donde, enfermo, permaneció a su regreso de la guerra.
Después de una breve colaboración con su hermano para el taller de pintura sobre tejido de la famosa casa leonesa Bianchini-Férier, desde 1916 y durante más de treinta años, Jean realizará adornos – flores y animales – para la porcelana Théodore Haviland de Limoges que le permitirán ganar una medalla de oro por el servicio «Châteaux de France», en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de 1925.
De vuelta a París, en 1920, Jean se instaló en Montmartre donde fue vecino de Georges Braque. Fue en una atmósfera de intensa ebullición artística cuando sus obras, por fin reveladas al público en sucesivas exposiciones en París (Salon d’Automne au Grand Palais des Champs-Elysées en 1920, 1923, 1924, 1927 y 1932, Galerie Bing en 1929) y en Nueva York (Balzac Galleries en 1930, Perls Galleries en 1938) pusieron de manifiesto sus dotes de colorista : patchworks de cuadrados de colores, repartición atrevida de la luz como en la Nature morte à la tasse (1921), donde el objeto de porcelana resulta ser el único testigo luminoso.
Dos acontecimientos de la vida cultural parisina de la posguerra influyeron de modo decisivo en el itinerario del artista, la comedia Le Boeuf sur le toit, que le dio la oportunidad de conocer a los músicos de la época (Darius Milhaud, Georges Auric, Erik Satie, Francis Poulenc, Arthur Honegger), La Revue Nègre, en 1925, que determinó en su obra la nueva unión del cromatismo y de la música, inspiradora de lienzos excepcionales. El tema de la música generó numerosas versiones de pianistas y orquestas con profundas analogías cromáticas : las caras de los músicos dibujadas como notas en un pentagrama, tubos de órgano alineados como corcheas, harpas colocadas como suspiros.
Fue también, en esa misma época, cuando rindió homenaje a los hermanos Fratellini : cuadros de circos y de payasos de los cuales se desprende el color-música, el color-lenguaje, los juegos de luces y la predilección por el color blanco, omnipresente, generalmente reservado a los payasos, a los caballos y a los atletas. Le cirque (1927) es una apoteosis : fondo cromático intenso hecho de rojo, azul, negro y amarillo ; asombroso homenaje al color blanco.
Sus numerosas estancias en Le Havre dieron lugar, en los años siguientes, a obras magistrales como Le quai Videcoq au Havre (1929) en la que la armonía de los colores alcanza su perfección. La ciudad de Honfleur, donde nació su madre, la de Villefranche-sur-Mer en la que permaneció a menudo a partir de 1920, luego el Limousin y la Touraine donde vivía con su mujer durante una parte del año, le inspiraron algunas de sus más bellas obras : vistas de bosques y de vallejos, vistas del castillo del Lion.
Para la Exposición Internacional de 1937, el director de la C.P.D.E. (Compañía Parisina de Distribución de la Electricidad) encargó a su hermano Raoul la decoración del pabellón de la Electricidad. Jean lo ayudó a realizar un amplio fresco en honor de la electricidad, en una superficie de seiscientos metros cuadrados.
Los últimos años (1950-1960), Jean los dedicó a viajar, principalmente por Europa (Italia, Grecia, Inglaterra, Irlanda, Austria, Dinamarca, Suecia, los Países Bajos, España y Portugal) y por África del Norte. Pero fue París, definitivamente París, la ciudad que prefirió durante más de treinta y cinco años. Como sus coetáneos Aragon, Hemingway o Prévert que la describieron, como Utrillo, Chagall o Marquet que la pintaron, Jean Dufy escogió infatigablemente a París para sus oleos o sus acuarelas, según un proceso creativo siempre renovado, dominado por una armonía de azules : el color azul como fuente creativa insaciable de las Puertas de París, de las calles, de los carruajes, de la Torre Eiffel, del cielo, del Sena.
Las obras de Jean Dufy, pintor de reconocido prestigio, se exponen regularmente en París (galería Barreiro, galería Jos. Hessel, galería Drouand-David etc.) y Estados Unidos (galería Georges de Braux en Filadelfia, James Vigeveno Galleries en Westwood Hills, Hammer Galleries y The Chase Gallery en Nueva York), y forman parte de las colecciones de los más prestigiosos museos europeos y americanos, como el Museo nacional de Arte moderno y el Centro Pompidou en París, el Albertina Museum de Viena, el Art Institute de Chicago o el MoMA de Nueva York. Jean Dufy falleció el 12 mayo 1964 en La Boissière, una aldea de la población de Boussay, dos años después de que lo hiciera su esposa, Ismérie.
En primer plano, de izquierda a derecha:
Pablo Picasso | Jean Dufy | Henri Laurens |
Le fou (El loco) | Le cirque (El circo) | Acrobate au tapis (Acróbata en escena) |
Bronce | Óleo sobre lienzo | Bronce |
1905 |
1927 |
1939 |
En segundo plano, de izquierda a derecha:
Obras de Marc Chagall y de Fernand Léger